miércoles, 21 de marzo de 2018

CUENTOS PARA EL 24 DE MARZO DÍA DE LA MEMORIA

¡Hola!!
La propuesta de hoy consiste en que recuperemos los cuentos prohibidos, en nuestro país, durante la época de la Dictadura Militar del 76…
El objetivo de esto es ofrecer la posibilidad de llevarlos al aula para  que, junto con los alumnos y alumnas podamos vincularnos con:
Las palabras, las imágenes, la fantasía, la imaginación que despierta, lo que su propia historia que nos evoca.
Vamos a trabajar con los más chicos y con las más chicas uno de los cuentos de Elsa Bornemann: “Caso Gaspar” que pertenece al libro: “Un elefante ocupa demasiado espacio”


EL CASO GASPAR de Elsa Bornemann.
En “Un elefante ocupa mucho espacio”. Aburrido de recorrer la ciudad con su valija a cuestas para vender —por lo menos— doce manteles diarios, harto de gastar suelas, cansado de usar los pies, Gaspar decidió caminar sobre las manos. Desde ese momento, todos los feriados del mes se los pasó encerrado en el altillo de su casa, practicando posturas frente al espejo. Al principio, le costó bastante esfuerzo mantenerse en equilibrio con las piernas para arriba, pero al cabo de reiteradas pruebas el buen muchacho logró marchar del revés con asombrosa habilidad. Una vez conseguido esto, dedicó todo su empeño para desplazarse sosteniendo la valija con cualquiera de sus pies descalzos. Pronto pudo hacerlo y su destreza lo alentó. A
—¡Desde hoy, basta de zapatos! ¡Saldré a vender mis manteles caminando sobre las manos! —exclamó Gaspar una mañana, mientras desayunaba. Y —dicho y hecho— se dispuso a iniciar esa jornada de trabajo andando sobre las manos.
Su vecina barría la vereda cuando lo vio salir. Gaspar la saludó al pasar, quitándose caballerosamente la galera: —Buenos días, doña Ramona. ¿Qué tal los canarios?
Pero como la señora permaneció boquiabierta, el muchacho volvió a colocarse la galera y dobló la esquina. Para no fatigarse, colgaba un rato de su pie izquierdo y otro del derecho la valija con los manteles, mientras hacía complicadas contorsiones a fin de alcanzar los timbres de las casas sin ponerse de pie.
Lamentablemente, a pesar de su entusiasmo, esa mañana no vendió ni siquiera un mantel. ¡Ninguna persona confiaba en ese vendedor domiciliario que se presentaba caminando sobre las manos!
—Me rechazan porque soy el primero que se atreve a cambiar la costumbre de marchar sobre las piernas... Si supieran qué distinto se ve el mundo de esta manera, me imitarían... Paciencia... Ya impondré la moda de caminar sobre las manos... —pensó Gaspar, y se aprestó a cruzar una amplia avenida.
Nunca lo hubiera hecho: ya era el mediodía... los autos circulaban casi pegados unos contra otros. Cientos de personas transitaban apuradas de aquí para allá.
—¡Cuidado! ¡Un loco suelto! —gritaron a coro al ver a Gaspar. El muchacho las escuchó divertido y siguió atravesando la avenida sobre sus manos, lo más campante.
—¿Loco yo? Bah, opiniones...
Pero la gente se aglomeró de inmediato a su alrededor y los vehículos lo aturdieron con sus bocinazos, tratando de deshacer el atascamiento que había provocado con su singular manera de caminar. En un instante, tres vigilantes lo rodearon.
—Está detenido —aseguró uno de ellos, tomándolo de las rodillas, mientras los otros dos se comunicaban por radioteléfono con el Departamento Central de Policía. ¡Pobre Gaspar! Un camión celular lo condujo a la comisaría más próxima, y allí fue interrogado por innumerables policías:
—¿Por qué camina con las manos? ¡Es muy sospechoso! ¿Qué oculta en esos guantes? ¡Confiese! ¡Hable!
Ese día, los ladrones de la ciudad asaltaron los bancos con absoluta tranquilidad: toda la policía estaba ocupadísima con el “Caso Gaspar —sujeto sospechoso que marcha sobre las manos”.
A pesar de que no sabía qué hacer para salir de esa difícil situación, el muchacho mantenía la calma y —¡sorprendente!— continuaba haciendo equilibrio sobre sus manos ante la furiosa mirada de tantos vigilantes. Finalmente se le ocurrió preguntar:
—¿Está prohibido caminar sobre las manos?
El jefe de policía tragó saliva y le repitió la pregunta al comisario número 1, el comisario número 1 se la transmitió al número 2, el número 2 al número 3, el número 3 al número 4... En un momento, todo el Departamento Central de Policía se preguntaba: ¿ESTÁ PROHIBIDO CAMINAR SOBRE LAS MANOS? Y por más que buscaron en pilas de libros durante varias horas, esa prohibición no apareció. No, señor. ¡No existía ninguna ley que prohibiera marchar sobre las manos ni tampoco otra que obligara a usar exclusivamente los pies!
Así fue como Gaspar recobró la libertad de hacer lo que se le antojara, siempre que no molestara a los demás con su conducta. Radiante, volvió a salir a la calle andando sobre las manos. Y por la calle debe encontrarse en este momento, con sus guantes, su galera y su valija, ofreciendo manteles a domicilio… ¡Y caminando sobre las manos!

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¿Qué te pareció? O si ya lo habías leído con anterioridad ¿coincidís en que la lectura de este cuento, aún teniendo un final feliz, resulta un poco incómodo porque, en definitiva, es el relato de una injusticia?
No te angusties por eso… Los niños y niñas, por más pequeños, pequeñas que sean, suelen ser bastante precisos, precisas, a la hora de juzgar qué cosas son justas y cuáles injustas…
Seguramente te encontrarás con que cuando finalices la lectura se hará un gran silencio  (no te apresures) porque a continuación comenzarán  aparecer las primeras preguntas y esto dará pie para sucesivas lecturas de profundización que persiguen como objetivo la total comprensión, por parte de los chicos y chicas, de la historia. Esto tenderá un puente para que puedas avanzar con la propuesta concreta de trabajo.
Acordate que el contenido que estás trabajando es “la censura”, “lo prohibido”, así es que en primera instancia, sería valioso que invitaras a los nenes y nenas a comentar libremente lo que piensan acerca del cuento, dialogando sobre aquellos aspectos que les resultaron significativos, importantes (sugerencia: no anticipes el contenido).
Algunas preguntas y/o disparadores para profundizar el diálogo podrían ser:
  •  ¿Por qué piensan ustedes que Gaspar camina con las manos?
  • ¿Gaspar estaba haciendo algo prohibido?
  •  ¿Por qué lo detienen?
  •  ¿Por qué es sospechoso?
  • ¿Quién dice que es sospechoso?
  • ¿Por qué lo dejaron libre?
  • Cuando Gaspar salió esa mañana de su casa, caminando con las manos a vender sus manteles, se encontró con Doña Ramona ¿te acordás?… Buscá dos compañeros o compañeras, los cuadernos y juntos inventen un diálogo entre Gaspar y Doña Ramona, diferente al que está en el cuento.
Podemos retomar el cuento la siguiente clase para abordar el contenido planificado de la siguiente manera:
Seguramente los chicos tienen el cuento en sus cuadernos, seguramente ya habrás avisado a papá y a mamá para que juntos lo lean nuevamente en la casa y seguramente los chicos y chicas habrán realizado distintas actividades que les permitan recordar al “Caso Gaspar”… Entonces, en este nuevo encuentro podrías partir de lo siguiente:
  1. Gaspar comenta en el cuento que el mundo se ve muy distinto cuando está haciendo la vertical, ¿te acordás?:
  • ¿Qué habrá visto de diferente Gaspar?
  •  ¿Cómo sería el mundo si algunas cosas se dieran vuelta o funcionaran distinto?
  •  Inventen ustedes, con dos compañeros y compañeras en el cuaderno, un  mundo para que se vea muy distinto.
    Se pueden leer las producciones de los grupos para intercambio de ideas en la reunión siguiente y así poder retomar la temática.
    Posiblemente en esos “mundos posibles”, narrados por los niños, aparecerá el tema de la prohibición…
    Podrías profundizar este contenido a través de un diálogo:
    En esos mundos que ustedes inventaron:
  • ¿Quiénes prohíben y quiénes permiten?
  • ¿Qué es prohibir? ¿Qué es permitir?
  • En el mundo de Gaspar ¿Existía alguna ley que prohibiera caminar con las manos?
  • En nuestro mundo, ahora, ¿Conocen alguna ley que prohíba caminar con las manos?
  • ¿Qué está prohibido en nuestra sociedad? ¿Por qué?
  • ¿Qué acciones está bien prohibir? ¿Qué está mal prohibir?
  • ¿Por qué hay que hacer leyes? ¿Todos cumplen las leyes?
  • ¿Saben ustedes quiénes elaboran las leyes en nuestra sociedad?
  • ¿Cuáles conocen?
Podríamos continuar secuenciando actividades dado que este cuento lo permite… Hasta lo podés trabajar interdiciplinariamente y sería genial que así pudieras hacerlo.
cuentos sobre los Derechos del Niño


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