Sus ojitos se abren de par en par cuando le enseñamos en el cuento el dibujo de un niño que se llama ¡gual que él. ¡Qué casualidad!. Y además…tiene un perro, un gato, un coche, un tren…¡como él!. Se emociona, intenta decir algo pero…acaba gritando al libro y señalando al mismo tiempo las imágenes que ha reconocido.
Disfruta tanto escuchando cuentos como observando las imágenes del libro. Ofrécele historias que puedan ilustrarse con dibujos familiares y cotidianos.
Preséntale historias simples de niños como él, de argumento tan sencillo como ir al parque, tirarse por el tobogán, jugar con los amigos, ensuciarse las manos con barro… O historias de animales a los que él pueden cuidar y abrazar.
Seamos exigentes con las imágenes del libro y con la calidad de la fotografía. Deben ser fácilmente identificables y que den impresión de realidad.
Te recomendamos evitar:
- la ilustración al estilo de las películas de dibujos animados, ya que está dirigida a un público de recepción pasiva.
- la ilustración basada en la caricatura únicamente burlesca, por su falta de afecto y porque el niño todavía no comprende la ironía.
- la ilustración excesivamente realista y elaborada, ya que resulta demasiado compleja para el niño.
- la ilustración de determinados "dibujos de moda", porque repiten unas mismas características en personas u objetos y resaltan siempre los mismos valores. Le gusta "leer" en todas partes y a todas horas: en el baño, entre cucharada y cucharada de sopa... Son libros adaptados a las peculiares condiciones de nuestros pequeños lectores, hechos con materiales resistentes como cartón, plástico, tela… Les muestran texturas variadas y les permite reconocer en los libros el terciopelo, la lana, la arena…Otros proporcionan pequeñas marionetas para representar las historias o animales de peluche protagonistas del cuento.
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